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Caterina Grisanzio – candidata al Comité Ético

Cuentanos algo sobre ti que consideres importante en vistas a tu candidatura

 

Siempre he sido una apasionada atenta a las cuestiones éticas  e interesada en la vida política en el sentido más amplio. De la representación estudiantil a la representación política, mi historia está impregnada de valores que dan lugar a acciones. De ahí mi antifascismo, mi pacifismo, mi adhesión al movimiento feminista, mi lucha junto a asociaciones por los derechos LGBT+ y por la defensa del Planeta Tierra. Cuando descubrí la existencia de una Banca Ética y de las finanzas éticas, me uní con el entusiasmo que me caracteriza. 

Mi experiencia en temas como las cuestiones de género, la inclusividad, la lucha por los derechos de todos/as y la comunicación tanto institucional como interpersonal, creo que puede aprovecharse en el Comité de Ética. Participo en asociaciones en las que hago voluntariado, lo que me permite, por un lado, ejercitar mi capacidad para gestionar conflictos y, por otro, poner en práctica proyectos pensados sobre el papel y aplicados en la realidad.

 

 

¿Qué te motiva para ser candidata al Comité Ético de Banca Etica?

 

Creo que es importante participar en primera persona y experimentar de primera mano el funcionamiento de estos órganos: al igual que cuando me convertí primero en titular de una cuenta corriente y luego en miembro de BE, después quise ser evaluadora ético social  para comprender cómo se utilizaban realmente mis ahorros en favor de realidades locales que comparten los mismos valores. Por último, el Comité de Ética es una especificidad de BE y, como tal, ser miembro de él se convierte en un valor añadido, sobre todo teniendo en cuenta los principios que inspiran su creación y el Código Ético que lo rige.

 

 

En un período de grandes desafíos sociales, culturales y ambientales externos, a partir de tu experiencia, ¿qué contribución cree que puede hacer y cree que puede hacer el Comité de Ética para acompañar la evolución de un banco que nació para poner el dinero al servicio de las personas y del planeta? 

 

En mi opinión, existe una necesidad creciente de educación para la ciudadanía a través de la práctica concreta de actividades capaces de estructurar un nuevo tejido social: tenemos que aprovechar este período de crisis, tanto climática como social y cultural, para repensar los conceptos con los que nos concebimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, dando más valor al cuidado de lo que existe, comprometiéndonos con un progreso que tenga como objetivo la manifestación de la Naturaleza y no su esclavización. En un momento de la historia en que la huida y la desconexión son masivas: de la política, de la procreación, del trabajo, necesitamos en cambio comprometernos más con el avance de los valores éticos y morales que nos distinguen. Proponer temas educativos que incluyan cuestiones de género, la historia del trabajo femenino y las luchas por la emancipación, la brecha salarial entre hombres y mujeres, los derechos LGBT+. Comunicar más nuestros valores, no por mero proselitismo, sino para dar valor a lo que somos. Para ser capaces de crear y comunicar caminos virtuosos que puedan dar ejemplo de cómo es posible concebir el trabajo y las finanzas centrados en la persona y no en el dinero, para redescubrir un sentido de la vida que no resida en el tener, en el ser, sino en la relación con los demás, con el otro: en definitiva, para redescubrir la participación, la gestión del espacio público de la que las Finanzas y la Banca Ética forman parte.