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Maria Francesca De Tullio – candidata al Comité Ético

Cuéntanos algo sobre ti que consideres importante de cara a tu candidatura

 

Soy investigador en Derecho Constitucional en la Universidad de Nápoles Federico II y estudioso de políticas culturales, en particular con afiliación a la Universidad de Amberes – Cultural Commons Quest Office – en el proyecto de la UE Espacios y Ciudades Culturales y Creativos. He escrito sobre Igualdad sustancial y nuevas dimensiones de la participación política y sobre Derechos, limitaciones presupuestarias, recuperación económica entre el espejismo y la realidad, así como otros ensayos y artículos, en particular sobre Derecho de Internet. 

Soy activista de l'Asilo (www.exasilofilangieri.it ) y del colectivo europeo sobre la despatriarcalización de la política vinculado a la red municipalista europea (https://municipalisteurope.org/fop/ ), así como miembro del Consejo Activista de Guerrilla Foundation (https://guerrillafoundation.org/). A escala local, italiana y europea, participó en el uso creativo del derecho para apoyar la defensa de los bienes comunes, la vivienda y la socialización del espacio público.

 

 

¿Qué le motiva a ser candidata al Comité Ético de Banca Ética?

 

Fui propuesto y elegido el pasado mandato a sugerencia de algunos de mis compañeros que compartían mi compromiso con organizaciones y movimientos informales relacionados con los bienes comunes y otras cuestiones sociales. Desde el principio, acepté con entusiasmo porque creo que las luchas y reivindicaciones por los derechos fundamentales pasan también por una nueva forma de concebir las finanzas, que ponga en el centro los valores de la solidaridad y el mutualismo, la igualdad y la justicia medioambiental.

Durante el pasado mandato, el viaje con el Banco ha sido para mí una importante oportunidad de acercarme y aprender de un contexto diferente: una institución que siempre ha sido protagonista en las finanzas éticas y que sigue estando a la escucha de las nuevas cuestiones emergentes. Hoy quiero volver a defender la continuidad de mi compromiso, con la nueva conciencia adquirida durante estos años de experiencia con el Banco. En particular, he contribuido al trabajo colegiado sobre las cuestiones de lo digital, la autodeterminación ecológica de los territorios y la legalidad, así como realizado una ampliación del razonamiento sobre la relación de las finanzas éticas con el gobierno del territorio, los bienes inmuebles y el derecho a vivir, así como sobre la gobernanza (con especial referencia al camino emprendido con la Fundación).

 

 

En un momento de grandes desafíos sociales, culturales y ambientales externos, desde su experiencia, ¿qué contribución crees que puede hacer y cree que puede hacer el Comité de Ética para acompañar la evolución de un banco que nació para poner el dinero al servicio de las personas y del planeta?

 

Las finanzas éticas siempre han sido una de las herramientas para hacer frente a los retos sociales, culturales y medioambientales, en un mundo en el que los mecanismos competitivos y la propia regulación del mercado crean un escenario hostil a una concepción del valor económico que también tenga en cuenta objetivos de justicia social y medioambiental. En este escenario, son muchos los obstáculos que se interponen en el camino de la Banca Etica y de otras organizaciones que encajan en el mismo paradigma. 

En este marco, el Comité de Etica es el órgano que puede apoyar cotidianamente las decisiones y acciones del Banco, creando un punto de escucha de los órganos sociales, de los miembros y de los territorios en general, así como un espacio seguro para la reflexión y la confrontación continuas sobre los valores que deben animar las finanzas éticas. En particular, el órgano debe ayudar a responder a la pregunta de cómo garantizar la aplicación concreta de estos valores en la práctica diaria y la aparición continua de nuevas instancias que enriquezcan el patrimonio ético del Banco. En resumen, la CE tiene la misión de alimentar la vocación democrática y participativa que subyace a todas las reivindicaciones sociales, culturales y medioambientales que sustentan las finanzas éticas.