Casa Mari Cruz es un agroturismo situado en el Pirineo navarro. Un alojamiento rural que ha sabido preservar el secreto de su historia y respetar el ecosistema en que se encuentra, un bosque de hayas y robles situado a la salida de Villanueva del Arce, un pueblo de 20 habitantes. Alicia y Luismi, con sus hija e hiijo, Ada y Noé son la familia que os recibirá con los brazos abiertos.
Alojamiento con historia
El agroturismo, con granja tradicional y huerta, pone sus tres casas llenas de historia a disposición del viajero (dos independientes y la suya propia, donde alquilan habitaciones). Desde ellas cuidan de sus animales (perro, gatos, gallinas, conejos, palomas mensajeras, ovejas, cabras y burras) y de su huerta ecológica, que abastece un delicioso y saludable menú también surtido por la producción autóctona local donde casi el 90% de los alimentos que sirven son de procedencia ecológica..
La propiedad data de 1850, cuando la señora Mari Cruz fundó una familia de carpinteros y artesanos que de generación en generación supieron conservarla durante más de 150 años hasta hoy…
La casa conserva todavía su estructura original, aunque con los años se han llevado a cabo las reformas necesarias para dotar a la casa de una mayor comodidad, dando a las estancias otros nuevos usos y adaptándose a las necesidades de la familia y a los turistas, ya que casa Mari Cruz es casa rural desde 1993.
Compartiendo las labores de la casa
“Entendemos la producción de los alimentos como una manera de relacionarnos con la naturaleza, y el elaborar y ofrecer las comidas, como una manera de relacionarnos con los que comparten con nosotros su estancia, acercándolos un poco más al medio rural en el que estamos”, explica la familia.
Los visitantes pueden participar en las actividades de la granja (dar de comer, recoger huevos, limpiar a los animales…), el huerto (sembrar, recoger, regar…) y la cocina (la preparación de mermeladas , la recolección de frutos del bosque para hacer licores y la elaboración de las comidas).
Respetando el entorno
Alicia y Luismi creen que su sola presencia en el lugar constituye ya un impacto, e intentan minimizarlo con una actividad turística lo más moderada posible.
Toda la casa nueva se calienta a través de suelo radiante y la energía que utiliza es 100% biomasa. En la construcción aprovecharon al máximo la casa antigua, y la madera vieja de roble la recuperaron para los muebles. Donde tiraron piedra pusieron termoarcilla; fomentan el uso inteligente de los recursos y las excursiones respetuosas con el entorno. Usan bombillas de bajo consumo y materia orgánica para alimentar a los animales y elaboran compost.
Pertenecen a una red de ecoagroturismos a nivel estatal, ECOTUR, y tienen una certificación (CERES), avalada por el ministerio de turismo de España y la institución ECEAT Internacional, que mide el nivel de compromiso medioambiental, socioeconómico y cultural.
En conclusión, Casa Mari Cruz es un lugar ideal para descansar, desconectar, pasar un tiempo en familia y compartir el día a día de una casa rural de una manera ecológica y sostenible.
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