Cada año, el 19 de abril se celebra el Día Mundial de la Bicicleta. Esta fecha reconoce la importancia de este medio de transporte sostenible, accesible, y amigable con el medio ambiente. Desde su invención en el siglo XIX, la bicicleta ha evolucionado de ser simplemente un modo de desplazarse a una herramienta para la salud, el ocio, el deporte, y una solución eficaz para los desafíos globales como la congestión del tráfico y la contaminación.
Orígenes e impacto
La bicicleta ha dejado una huella indeleble en la historia de la movilidad humana. Desde su creación en 1817 por Karl Drais, su popularidad y uso se han expandido por todo el mundo. Durante más de dos siglos ha sido un vehículo accesible para personas de todas las edades y condiciones físicas, brindando una alternativa asequible y sostenible para desplazarse por ciudades y comunidades rurales.
El impacto positivo de la bicicleta en la sociedad y el medio ambiente es innegable. En primer lugar, es un medio de transporte eficiente que requiere menos recursos que los automóviles, autobuses o trenes. Además, las bicicletas no emiten gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos nocivos, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático y la mejora de la calidad del aire en las ciudades. Además, promueve un estilo de vida activo y saludable, lo que ayuda a reducir los riesgos de enfermedades relacionadas con el sedentarismo, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Un catalizador para el cambio
El Día Mundial de la Bicicleta no solo es una oportunidad para celebrar este medio de transporte versátil, sino también para promover su uso y concienciar sobre los beneficios que ofrece. Durante este día, comunidades de todo el mundo organizan eventos, paseos en bicicleta, talleres de reparación, conferencias y actividades educativas para fomentar el ciclismo como una opción viable de movilidad.
Además es una ocasión para abogar por políticas y medidas que promuevan la seguridad de los ciclistas, la infraestructura adecuada para el ciclismo urbano y rural, así como para sensibilizar sobre los derechos de los ciclistas en las carreteras. La creación de más carriles para bicicletas, la implementación de sistemas de alquiler de bicicletas públicas y la promoción de campañas de educación vial son algunas de las acciones que pueden impulsar el uso de la bicicleta como una forma segura y eficiente de transporte.
Un viaje hacia un futuro sostenible: nuestro objetivo; el impacto Cero
En un mundo donde la conciencia ambiental y la responsabilidad social están en el centro de la agenda global, la relación entre la bicicleta y las finanzas éticas emerge como un tema de creciente relevancia, así se refleja también en nuestro Informe de impacto. Más allá de ser un medio de transporte sostenible y saludable, la bicicleta se conecta de manera intrínseca con principios éticos que promueven la equidad, la justicia social y el respeto al medio ambiente.
Al vincular la bicicleta con las finanzas éticas, podemos avanzar hacia un futuro más justo y sostenible para todos. Ya sea pedaleando hacia el trabajo, invirtiendo en empresas socialmente responsables o apoyando proyectos de infraestructura ciclista, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de contribuir a esta importante causa. En última instancia, la bicicleta y las finanzas éticas nos muestran que un mundo mejor es posible cuando tomamos decisiones informadas y conscientes que tienen en cuenta el bienestar de las personas y el planeta.
Por ello en FIare Banca Etica tenemos diversos proyectos financiados y clientes relacionados con la promoción de este medio de transporte: Comucleta, Maraki, Fem bici, Mensakas, La veloz, Biela y tierra, taller social ciclista guindalera o Ekologistas martxan son algunos ejemplos.
Así que, en este día, saquemos nuestras bicicletas, pedaleemos juntos/as y recordemos el poder transformador de este increíble invento.
