Por Corrado Fontana, periodista de Valori.it
«Los “laboratorios de comunidad” van dirigidos a todas las personas que vive en una cierta zona, con una invitación especial a las personas sin hogar. Para nosotros/as es fundamental promover este encuentro entre indivíduos al margen de toda distinción por su estatus social. Porque, de otra manera, se corre el riesgo de caer en una relación entre quien ayuda y quien recibe la ayuda, entre quien tiene necesidad y quien no. Por el contrario, es necesario crear espacios en los que encontrarse en igualdad de condiciones». Explica Carlo Salmaso, presidente de la cooperativa social Piazza Grande de Bolonia, que lleva más de veinte años trabajando en la lucha contra la pobreza y la marginación, promoviendo programas de reinserción social y laboral de personas sin techo. Y Salmaso continúa: «Durante la pandemia, los “laboratorios sociales” han sido un lugar en el que las personas mayores–y también personas sin techo– se han encontrado con personas jóvenes y han aprendido competencias que les han ayudado a hacerse la firma digital, por ejemplo. Son espacios de ayuda recíproca en los que se desarrollan diferentes actividades, desde el teatro al yoga o las clases de inglés. En ellos, la diferencia ya no es quién tiene un techo y quién no, sino quién habla inglés y quién no. Es importante superar el hecho de que las personas con y sin techo se vean las unas a las otras exclusivamente por esta característica».
Inserción laboral – aprender a arreglar bicicletas
Y así, este relato de una de las iniciativas puestas en marcha en los meses pasados transpira el espíritu que marca la estrategia de esta organización ya consolidada en el panorama de esta metrópolis y que trabaja con empresas como la multiservicios Leroy Merlin. Piazza Grande se ha convertido con el tiempo en mucho más que eso. Hoy es tanto una asociación (la ONG Amici di Piazza Grande) como una cooperativa llena de profesionales (asistentes sociales,psicólogos/as educadores/as…) con un centenar de personas empleadas (el 30% en condiciones de vulnerabilidad), entre las que también hay varias personas sin techo. La asociación se ocupa de la parte de voluntariado, mientras que la cooperativa se dedica a desarrollar servicios socioeducativos y proyectos de inserción laboral.
Consciente de los diferentes aspectos de la economía circular, Piazza Grande gestiona un mercadillo en el que recupera mobiliario para amueblar los apartamentos destinados a personas en dificultad y revende el mobiliario restante. También combate la cultura de los residuos con Leonarda, un espacio de recuperación, reciclaje y venta de ropa vintage y libros reciclados. Y esto no es todo. También gestiona un centenar de apartamentos. Una parte de ellos está dedicada a la acogida de solicitantes de asilo y a familias en transición de vivienda, a veces en espera de una vivienda social, mientras que la mayor parte de las viviendas pertenece al programa Housing first – La vivienda primero, en el que las personas sin techo tienen acceso a alojamiento y acompañamiento a lo largo de un proceso.
El mercado de Piazza Grande
«La vivienda es un instrumento para hacer que las personas se sientan mejor y para permitirles adquirir el ejercicio de la ciudadanía y que sean capaces de contribuir a la convivencia y al bienestar colectivo. Las personas que entran en nuestras casas – explica Salmaso – firman un pacto de vivienda que prevé tres reglas: el respeto de las normas de convivencia social, la aceptación de una visita domiciliaria periódica y el compromiso a pagar una contribución. El modelo siempre es el del intercambio. El aspecto más difícil es el de conseguir crédito para las personas sin techo».
Un crédito que Piazza Grande recibe desde hace varios años gracias a su colaboración con Banca Etica, la cual, concluye Salmaso, «es un referente para quienes intentan construir una sociedad mejor . También porque así como a otros bancos les cuesta comprender nuestros datos del Balance, no marcados por el rendimiento ni la amortización de la inversión, con ellos el diálogo siempre es muy fácil. Banca Etica es fundamental para activar toda otra serie de proyectos». Estas palabras denotan una sintonía, confirmada plenamente por Fabio Faina, responsable de la filial de Bolonia: «Piazza Grande –afirma– es una de las experiencias más bellas, auténticas y motivadas de cooperación social del territorio boloñés. Estamos muy orgullosos/as de que sea socia de Banca Etica y de contribuir a hacer posible su misión con nuestra actividad financiera».
Foto de Luca Gallo
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