De Alessandro Messina, director general de Banca Etica
En este terrible 2020, puede que tú también hayas tenido una sensación de asedio; una desagradable impresión de amenaza al otro lado de la puerta. Es fisiológico, normal, psicológico y biológico: en momentos de dificultad, el ser humano recupera su instinto de supervivencia, que nos ayuda a protegernos.
No es necesario tener miedo pero sí ser conscientes. Esta sensación de asedio puede ser un recurso formidable que favorezca reacciones beneficiosas. ¿Te acuerdas de aquella aldea gala, la única que resistía al ejército invasor de los romanos y que conseguía mantenerlo a raya gracias a la cohesión, creatividad y tozudez de sus habitantes?
Es un buen ejemplo de cómo podemos y debemos reaccionar en estos meses tan excepcionales.
Esta cuestión afecta a todos/as, también a quien está haciendo finanzas éticas en este contexto.
Entre las dificultades de la clientela, los contagios en casa, las ambulancias que suenan fuera de las oficinas y la locura normativa dando vueltas aquí y en Bruselas, si no hacemos crack, poco nos falta. Especialmente con estas increíbles y un poco lunáticas normas nuevas sobre impagos que entran en vigor a principios de enero.
La reacción del Grupo Banca Etica ha sido excepcional. En un año como este, hemos aumentado los préstamos en un 10%, con un incremento de 100 millones netos. Y además, hemos apoyado a unos 2.300 clientes/as en dificultad, interviniendo en descubiertos por valor de más de 255 millones de euros, entre iniciativas gubernamentales y autonómicas.
Gracias al creciente apoyo de la base social y la clientela, hemos superado los 2.000 millones de captación directa y los 5.000 millones de captación indirecta con Etica Sgr. La clientela de Banca Etica se acerca al número de las 100.000 personas y organizaciones.
El 2021 será mejor, no tengáis duda. El miedo y esta ansia colectiva desaparecerán progresivamente, con el paso de los meses y gracias los progresos de la ciencia.
Pero para las finanzas éticas y quienes las promueven puede que permanezca una ligera sensación de asedio. Porque hoy todos se apresuran a decirse sostenibles, porque la normativa sigue esta nueva onda (o moda) y parece escrita aposta para favorecer a quien es menos auténtico en sus intenciones, porque la normativa bancaria sigue favoreciendo solo a los que son «demasiado grandes para caer».
Pero los movimientos sociales, la cooperación y el asociacionismo saben lo que significa trabajar fuera de lo establecido y romperlo si es necesario. El miedo al asedio no prevalecerá. Y responderemos como aquella aldea gala, con unión, determinación e imaginación.
«No temamos nada salvo que el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Y seguro que no será mañana».
¡Feliz Año 2021!
Foto de Ibrahim Boran @ibrahimboran
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