El próximo 15 de julio, parte de Euskal Herria (el 16 desde Barcelona de todo el Estado) la denominada “Caravana a Grecia, abriendo fronteras” que persigue trasladar nuestra solidaridad más básica, elemental y humana a las miles de personas migrantes que mueren, desaparecen, son encerradas en centros de detención y deportación, o son condenadas a vivir en centros de internamiento o en la llamada irregularidad y clandestinidad. Miles de personas que escapan de la guerra y los conflictos, de la miseria y la pobreza y que son cercadas por países que, en muchos casos, tienen una responsabilidad directa en el desarrollo de esos conflictos y en el mantenimiento de esa pobreza.
Muestra de ello, son los informes recientes que describen el aumento del comercio de armas por parte de los estados miembros de la UE con Oriente Medio y el Norte de África, que otorgaron de 2005 a 2014 licencias de exportación de armas por valor de más de 82.000 millones de euros, lo que demuestra que Europa permite la venta de armas a los países en los que los conflictos están expulsando a miles de personas a quienes se les niega luego el tránsito por tierras europeas. Concretamente, como describe el Instituto de investigación SIPRI, las exportaciones globales de armas a Oriente Medio aumentaron un 61% entre los periodos 2006-2010 y 2011-2015.
Un negocio, el de la guerra, en el que los principales bancos españoles están involucrados directamente. El último informe “Los bancos que invierten en armas” del Centre Delás desvela que bancos, aseguradoras y empresas de inversión españolas han dedicado entre 2011 y 2015 casi 5.900 millones de euros al sector armamentístico, el resto de bancos y corporaciones internacionales de la banca, han desviado hacia el sector de las armas más de 71.000 millones de euros. Sólo dos bancos, BBVA y Banco Santander invierten 4.264 millones de euros en este negocio (nuestra “local” Kutxabank, más de 2 millones y medio).
Pero la desfachatez y la irresponsabilidad de estos gobiernos todavía va más allá. Las mismas empresas de armamento que se lucran con las guerras y reciben las licencias de exportación por parte de la UE, son las beneficiarias de los contratos de refuerzo de la seguridad de las fronteras, un lucrativo negocio que incluye el desarrollo de sistemas de localización y control fronterizo o la construcción de muros y vallas que imposibilitan la entrada de personas migrantes en los países europeos o en el mismo Oriente Medio.
Las guerras y la pobreza matan en los países de origen y las fronteras matan a quienes escapan de las guerras y la pobreza: según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, desde 2014 han muerto en el Mediterráneo más de 10.000 migrantes.
Es por eso que, además de mostrar nuestra solidaridad, con la caravana perseguimos especialmente denunciar con contundencia el papel que la UE y sus gobiernos están jugando, primero, en no contribuir a la finalización de las guerras ni a combatir la pobreza en los países de origen de estas personas y, segundo, en desarrollar estrategias y políticas de migración y asilo claramente restrictivas, injustas y contrarias a los derechos humanos.
El cierre de fronteras en el mundo (en Oriente Medio, en el Sur de Europa y Norte de África o en el paso de México a Estados Unidos) está provocando miles de muertes y desapariciones. Una situación que está siendo especialmente grave para las mujeres que son agredidas y violadas en los trayectos de huída, tal y como vienen denunciando organismos como Amnistía Internacional.
Esta situación, no lo olvidemos, es la otra cara del desarrollo del sistema capitalista, que descarta y expulsa a las personas en aras del ánimo de lucro y el beneficio privado, mientras levanta muros para impedir su movimiento. Baste como prueba el alto incremento de los movimientos migratorios motivados por la construcción de grandes infraestructuras o por la compra de tierras por parte de empresas transnacionales. La ciudadanía, con esta Caravana y otras iniciativas, perseguimos poner en el centro de las agendas políticas y en el centro del debate social esta situación, para revertirla desde la movilización, la presión política, la desobediencia civil y el apoyo mutuo.
No queremos que dentro de 5, 10 ó 20 años, nos encontremos levantando monumentos de recuerdo de un nuevo holocausto, de memoria de lo que pasó y nunca debió pasar, reconociendo que muchos gobiernos miraron para el otro lado o contribuyeron a que este drama sucediera. Y es que la situación actual, especialmente en este caso con las personas de Oriente en busca de refugio, se parece demasiado a la vivida en la Conferencia de Evian en 1938. En aquella ocasión la mayoría de países se negó a abrir sus fronteras a la población judía que todavía podía escapar de las políticas de exterminio nazis. También entonces se hablaba de limitación de “cuotas” y también entonces se ofrecieron motivos similares a los esgrimidos por los países europeos en la actualidad: mala situación económica interna, dificultades para la gestión de la interculturalidad, miedo al crecimiento de comportamientos xenófobos…
Es necesario un cambio de rumbo radical y global que frene la extensión de este capitalismo que es incompatible con la sostenibilidad de la vida y que, en este caso, particularmente, impide el derecho de las personas a transitar por el mundo, especialmente si huyen de la miseria y los conflictos. Por ello defendemos cambios estructurales y en profundidad, a la vez que reclamamos medidas concretas como la reforma del estatuto de asilo (no hacemos distinción entre personas que huyen de conflictos, de la pobreza o de la persecución) o la puesta en marcha de actuaciones que a corto plazo modifiquen la dramática situación actual, tal y como recogemos en 14 denuncias y propuestas que acompañan la presentación de la Caravana.
Es la sociedad civil quien está detrás de esta Caravana, precisamente ante la irresponsabilidad e inacción de gobiernos e instituciones públicas. Cientos de personas y organizaciones que conformamos plataformas como Gasteiz Irekia, Iruña Harreara Hiria y Ongi etorri errefuxiatuak Bizkaia, personas y organizaciones del ámbito de la cultura y la universidad, del sindicalismo y los movimientos sociales, del feminismo, de la solidaridad internacional, la lucha contra la exclusión social o la economía solidaria. Una muestra de esta realidad plural de sensibilidades políticas y sociales estará presente en la caravana: unas 120 personas de las tres plataformas mencionadas y cerca de 300 en todo el Estado.
Una Caravana, queremos resaltarlo, totalmente autónoma y autogestionada (ni solicitamos ni contamos con apoyo económico institucional), lo hacemos con nuestro propio dinero y con nuestro tiempo de vacaciones, y además autoorganizada: la propia caravana, junto con el resto de caravanas en el estado y otras iniciativas en Europa ha decidió el programa de actividades y acciones que se llevarán a cabo, especialmente en la acampada internacional No Border que se desarrollará en Tesalónica..
Nuestro objetivo no es traer a las persona migrantes y refugiadas que se encuentran detenidas, o en campamentos sin futuro, o en la clandestinidad de las calles griegas. No les vamos a traer, pero queremos que vengan. Y creemos que es posible hacerlo. Es cuestión de voluntad política. Tan sencillo como que los gobiernos pongan a disposición de estas personas, caravanas de autobuses como la nuestra.
Carlos Askunze Elizaga (REAS-Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria)
REAS es una plataforma de organizaciones cuyo objetivo general es el de trabajar en el Estado español en la extensión de la economía solidaria, como concepto y práctica transformadora a través del impulso de iniciativas económicas de carácter alternativo, y también como movimiento social y sujeto político y económico a través del trabajo en red y su relación con otras organizaciones y agentes sociales.
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