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Finanzas Éticas

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Entrevistamos a Marcos de Castro, recientemente galardonado con el  II Premio Jordi Jaumà a la Justicia Social, por su trayectoria personal y profesional, dedicada al fomento de un sistema económico más justo a través de un modelo de empresa más inclusivo y participativo.

Marcos de Castro es parte de la historia del cooperativismo moderno en España. Sus primeros pasos pasaron por COEBA (Cooperativa de Empleados de Banca) en los años 70, para más tarde pasar al Grupo Mondragón, en cuyo nombre asume la presidencia de CEPES hasta 2008 y fue presidente de Fiare Zona Centro.

¿En qué momento crees que se encuentra la economía social?

Creo que la economía social está en un desarrollo creciente e interesante, está innovando nuevos espacios de mercado que antes estaban alejados de esta forma de hacer empresa. Por ejemplo: están creciendo las finanzas éticas como Fiare Banca Etica, está presente en el mercado de la energía (Som Energia), en el de las telecomunicaciones (Som Connexió), en el de la comunicación (Alternativas económicas), está desarrollando nuevas formas de mercado (Mercado social) donde se reestablece una relación equilibrada productor-consumidor, está en el mercado de los seguros (Seryes)… Todo ello es muy positivo

¿Crees que la economía social resiste mejor el golpe de las crisis como la actual?

Creo que sí lo resiste mejor. La economía social genera una mayor implicación en el proyecto de empresa (todo es de todos/as) con lo que implica (o genera) aportación de creatividad, mientras que la economía capitalista solo compra fuerza de trabajo. Cuando el conjunto ve en la empresa un proyecto compartido, todo el mundo siente que lo que ocurra les afecta y desarrollan su capacidad creativa para buscar soluciones. Esta actitud no se suele dar en la empresa capitalista.

¿Son las cooperativas fórmulas reales para la creación de empresas estables?  

Yo creo que lo son. De hecho, suelen surgir cuando varias personas al sentir la amenaza de la exclusión del mercado de trabajo se unen para salvar en común su situación laboral y económica. Quien entra en la economía social siente que entra en un proyecto colectivo, mientras que quien entra en una empresa capitalista sabe que es un proceso de competencias individuales, donde lo importante es acumular. Lo colectivo tiene una fuerza incuestionable. Es eso de “empujar todos en la misma dirección”.

 ¿Qué crees que ha aportado la Ley de Economía Social diez años después de su aprobación?

Ha aportado su reconocimiento legal. La economía social existe. Yo recuerdo que antes de esa ley se solía negar la existencia de la economía social (especialmente en la CEOE y en alguno de los sindicatos oficiales), lo que siempre era la primera dificultad para que fuera reconocida como interlocutor ante los poderes públicos. Para eso ya estaban ellos, decían. La Ley de Economía Social lo que hace es dar carta de reconocimiento a esta forma de hacer empresas. Ya es innegable 

Eres parte de la historia de FiareBE, ¿en qué momento te incorporaste a la entidad y qué te vinculó?

Me incorporo a Fiare Banca Etica cuando solo era un proyecto, lo que unió a mucha gente cargada de utopía social para hacer que el sistema financiero se ajustara a sus inquietudes sociales. Esa etapa fue muy rica en debates, en contactos personales… era la etapa de construcción de utopías realizables. Y finalmente se consiguió.

¿Qué crees que pueden aportar las finanzas éticas a la economía social?

Puede aportarle muchas herramientas. Hay un problema, (que suele ser gordo) que afecta a quienes empiezan, a los nuevos emprendedores. Y es que el sistema (no solo financiero, también las políticas públicas) no suelen apoyarles y necesitan garantías que no suelen tener. Que la banca ética cubra estos espacios está desarrollando una función social, como es el fomento de nuevos emprendedores que, colectivamente, inventan y desarrollan proyectos empresariales sociales.