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Las propuestas de Banca Etica para una recuperación económica saludable

“Nada será igual que antes”: en las últimas semanas hemos escuchado esta frase muchas veces. Si creemos que los modelos financieros, de producción y consumo que prevalecieron hasta que estalló la epidemia no serán replicables, es hora de pensar en el futuro que queremos (re)construir.

El Grupo Banca Etica durante más de 20 años, ha estado trabajando para un sistema financiero diferente que es capaz de responder a las necesidades de las empresas y las personas, sin dañar el medio ambiente y promover mayores niveles de bienestar para todas. Lo hace al mostrar concretamente, a través de su actividad, cómo las finanzas podrían operar al servicio del bien común y al hacer propuestas para cambiar las reglas del sistema financiero.

El Consejo de Administración de Banca Etica ha preparado un documento que analiza las herramientas ya activadas en Europa y España para responder a la emergencia económica provocada por la epidemia y las opciones adicionales actualmente en debate.

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Hay mucho que se puede hacer con medidas de finanzas públicas (fondo de ahorro estatal, coronabonos o eurobonos, políticas fiscales, fondo de recuperación) y mucho más que se podría hacer si las finanzas privadas también se pusieran en posición de abandonar la lógica puramente especulativa que aporta beneficios económicos y alentar a transmitir los enormes recursos de ahorro e inversiones privadas hacia actividades económicas capaces de crear empleos respetando el medio ambiente y los derechos humanos.

En el documento preparado por el CdA de Banca Etica hay propuestas concretas, algunas de las cuales son reclamos históricos del movimiento de finanzas éticas, que hoy finalmente podrían encontrar aplicación. La naturaleza excepcional de la situación que estamos viviendo ya ha reducido algunos tabúes (se suspende el Pacto de Estabilidad; se permite la ayuda estatal, incluso se prohíbe la venta al descubierto en los mercados financieros). Podemos atrevernos a esperar que otras revoluciones también sean posibles.

ALGUNAS PROPUESTAS PARA LAS FINANZAS PRIVADAS

En las últimas décadas, las grandes finanzas privadas globales se han demostrado claramente incapaces de cumplir con su tarea principal de “asignación óptima de recursos” en la economía. Una financiación especulativa sin bridas junto con un exceso de liquidez son una mezcla mortal que dirige la mayoría de los recursos hacia objetivos especulativos a muy corto plazo y provoca crisis e inestabilidad continuas, además de tomar recursos de los sectores estratégicos para relanzar el empleo, la inclusión y el crecimiento sostenible. Ya lo hemos visto después de la crisis financiera de 2008: en los años siguientes, el BCE ha introducido mucha liquidez en los mercados europeos, de alguna manera asegurando el euro, pero gran parte de esa liquidez ha quedado atrapada en los circuitos de las finanzas especulativas sin llegar a apoyar la economía real compuesta por personas que consumen y grandes y pequeñas empresas que producen bienes y servicios y crean empleos.

Para decir basta al casino financiero en Europa, las propuestas son:

  1. Separación de bancos comerciales y de inversión: la propuesta ha estado en la mesa de la Unión Europea desde 2012, pero hasta ahora no se ha implementado. Sin embargo, haría que el sistema financiero europeo fuera más estable y eficiente.
     
  2. Implementar un impuesto sobre las transacciones financieras: a pesar del voto favorable del Parlamento de la UE y el proyecto de Directiva publicado por la Comisión Europea, incluso esta medida aún no ha visto la luz. Estamos hablando de un impuesto de una cantidad extremadamente limitada sobre cualquier venta de instrumentos financieros. Para aquellos que compran con una perspectiva a largo plazo, este impuesto mínimo es insignificante. Aquellos que trabajan con una lógica a muy corto plazo, comprando y vendiendo incluso miles de veces en una hora para ganar en pequeños cambios de precios, se verían obstaculizados por un impuesto de este tipo. Tenemos en cuenta que en muchos mercados, el comercio de alta frecuencia (HFT), es decir, los intercambios que tienen lugar en el orden de fracciones de segundo por algoritmos, representa más de la mitad de las transacciones totales. Por lo tanto, la idea es “construir un mecanismo fiscal que encarece las transacciones que perjudican el desarrollo social y ambiental”.
     
  3. Abordar seriamente el tema de los paraísos fiscales e implementar un impuesto web: finalmente hablamos de intervenciones como la obligación de informar los datos contables de las multinacionales país por país (la publicación actual de estados financieros en forma agregada no nos permite comprender cuánto declaran las empresas en jurisdicciones diferentes para reducir la carga fiscal). También es el momento oportuno para un impuesto web: más allá de las formas técnicas, es necesario que las grandes empresas de tecnología, que en tiempos de crisis han registrado nuevos avances importantes en la facturación, paguen impuestos justos en los países en los que obtienen ganancias, así participan en el bienestar del sistema en el que operan y en el que ganan.

Promover las finanzas éticas y sostenibles, en España y en Europa, significa centrarse en una visión a largo plazo y en herramientas para responder a las necesidades ambientales, sociales y económicas de nuestras comunidades.

Medidas para fortalecer las finanzas éticas:

  1. Revisar los requisitos de capital necesarios para desembolsar un crédito. Por cada préstamo otorgado, los bancos deben mantener un cierto porcentaje de capital guardado. La legislación europea sopesa este porcentaje en función del riesgo de crédito: los préstamos considerados más riesgosos requieren más capital y, en última instancia, son menos atractivos para los bancos. Las entidades que lo necesiten obtendrán menos recursos de los bancos y tasas más altas que aquellas que requieren una menor absorción de capital. El riesgo asignado a cada solicitante de crédito hoy depende exclusivamente de criterios económicos y financieros, pero no de criterios ambientales o sociales. La introducción de una ponderación de acuerdo con los criterios ambientales (factor de apoyo verde) o social (factor de apoyo social) representaría un incentivo extraordinario para dirigir el crédito bancario hacia ciertos sectores y desalentar a otros. Esta intervención sería gratuita para el estado: estamos hablando de una asignación diferente de crédito bancario y un incentivo extraordinario para la reconversión ecológica de la economía que no requiere intervención pública.
     
  2. Uso de recursos de fondos de pensiones para financiar empresas con un comportamiento virtuoso: los enormes recursos financieros administrados por fondos de pensiones complementarios en Italia y España podrían ser una herramienta formidable para apoyar el desarrollo de la economía real y alimentar un pacto intergeneracional duradero. Pero hoy esto no sucede: de 100 euros gestionados por la pensión complementaria en Italia, solo 24 permanecen en su territorio y solo 3 van a financiar negocios y actividades de producción. Este enfoque está ahogando lo que debería haber sido el circuito virtuoso que, a través de pensiones complementarias, podría favorecer las inversiones y con ellas el desarrollo del tejido productivo del país, creando empleos que a su vez producen ahorros para impulsar nuevas inversiones. Es hora de revertir el curso.
     
  3. Apoyar el microcrédito y las microfinanzas: en este momento, las iniciativas del gobierno italiano han previsto elevar el límite del microcrédito empresarial hasta 40.000 euros, pero no han tomado en consideración medidas, como fondos de garantía u otros, para el microcrédito de bienestar social.
     
  4. Mejorar el plan de acción sobre finanzas sostenibles de la UE: para definir claramente qué productos financieros pueden definirse como “sostenibles”, es decir, capaces de transmitir ahorros e inversiones de personas, empresas y organizaciones hacia proyectos que protejan el medio ambiente y las personas. La Comisión de la UE ha iniciado un camino que conducirá a la adopción de legislación específica. Sin embargo, el movimiento de las finanzas éticas señala que en los textos en estudio, la “sostenibilidad” se entiende casi exclusivamente en una clave ambiental, mientras que poco o nada se dice sobre los aspectos sociales y de gobierno, las otras dos patas del análisis tradicional de la responsabilidad corporativa. La legislación propuesta tampoco menciona la lucha contra la especulación. El riesgo es que criterios demasiado débiles pueden vaciar la misma idea de sostenibilidad, permitiendo operaciones de lavado verde. Banca Etica pide que el camino y los criterios sean más estrictos, definiendo una sostenibilidad de 360 grados para el sistema financiero.